En Guatemala, es importante retomar el tema del Racismo y la Discriminación, porque a pesar de las políticas del Estado al incluir a los pueblos originarios en diversos ámbitos, realmente solo es para folclorizar el sistema y no para fomentar el desarrollo de los pueblos.
El racismo estructurado y continuado limita especialmente el desarrollo de las mujeres indígenas y a las futuras generaciones. Por ello, es necesario tener presente que el racismo y discriminación no es lo mismo
Discriminar es una forma de violencia y desigualdad que debe ser erradicada, pero mientras no se percibe que el racismo es una ideología sobre la que se ha construido el país, difícilmente se comprenderá la dimensión del problema al que se enfrentan las generaciones que apenas están floreciendo en esta sociedad.
Es decir, que el racismo y discriminación, son acciones que se conjugan entre sí, y ya juntas violan la integridad de una persona y un pueblo indígena. Por lo tanto, el Estado debe garantizar políticas públicas que fortalezca el conocimiento de la diversidad de seres humanos que existen en el planeta y sobre todo el respeto mutuo hacia las diferentes culturas y demás pueblos indígenas.