Con la adopción de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 1979, se hizo un llamado mundial para la
eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres. Desde entonces, ha
habido avances significativos en la lucha contra la violencia de género, y cada vez
más mujeres están tomando medidas para vivir libres de violencia.
Sin embargo, a pesar de estos avances, la violencia contra las mujeres sigue siendo
un problema grave en todo el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), una de cada tres mujeres en todo el mundo ha experimentado
violencia física o sexual por parte de su pareja o violencia sexual por parte de otra
persona en algún momento de sus vidas. Esta estadística es alarmante y muestra
que aún queda mucho por hacer para proteger los derechos de las mujeres a vivir
libres de violencia.
En este contexto, la CEDAW es una herramienta importante para abordar la violencia
contra las mujeres. La Convención reconoce que la violencia contra las mujeres es
una forma de discriminación que limita su capacidad de disfrutar de sus derechos
humanos. Por lo tanto, la CEDAW exige que los Estados Partes tomen medidas para
eliminar la violencia contra las mujeres, incluyendo la adopción de leyes y políticas
que protejan los derechos de las mujeres y proporcionen servicios de apoyo a las
víctimas.
Además, la CEDAW reconoce que la violencia contra las mujeres es un problema que
afecta a la sociedad en su conjunto y que debe ser abordado mediante una
estrategia integral. Por lo tanto, la Convención exige que los Estados Partes aborden
las causas profundas de la violencia contra las mujeres, incluyendo la
discriminación de género y la desigualdad económica y social.
Para lograr una sociedad libre de violencia contra las mujeres, es necesario que los
Estados adopten medidas concretas y efectivas para implementar la CEDAW. Esto
incluye la adopción de leyes y políticas que protejan los derechos de las mujeres, la
asignación de recursos adecuados para apoyar la implementación de estas
medidas, y el fomento de la participación activa de las mujeres en la elaboración de
políticas y la toma de decisiones. Solo entonces podremos avanzar hacia una
sociedad más justa e igualitaria para todas las personas.