Cada vez más, existen imposiciones y reglas sociales por medio de la tecnológica, los diversos tipos de comunicación y en los múltiples dispositivos digitales existentes, en determinados productos tales como: la literatura, las artes escénicas y la música que pueden circular en todo el mundo de forma simultánea, mismos que pretenden la homogenización de la sociedad, sin importar las diferencias étnico-culturales, barreras lingüísticas, formas de percepción y visión del mundo, esto ha influenciado en la capacidad crítica de las personas y promueve la emancipación.
Actualmente, la sociedad se ha convertido en masas pendientes de los espectáculos y el entretenimiento coyuntural, adormeciendo la conciencia, la capacidad de acción, la forma de mitigación provisoria, dejando que los políticos corruptos, que las familias apoderadas de los bienes naturales y consigo los bienes económicos, sigan haciendo de las suyas, moviendo y quitando piezas a su antojo, con la intención de cuidar dichos privilegios.
Hace algunos años, se pretendió darle un momento de inflexión a un sistema al que estamos acostumbrados y que trastoca los privilegios antes mencionados, en ocasiones pareciera que se debilitara por una corriente que desarticula los diferentes tipos acciones que se realizan para promover un Estado incluyente, no racista y no patriarcal, donde la justicia impere de forma equitativa, donde los niños y niñas tengan acceso a una educación diferenciada y de calidad por mencionar alguno de estos.
Sin embargo; la globalización, el proyecto neoliberal, el ritmo de vida actual, traen como sigo un bono extra que es la homogenización social, sin perder de vista lo
que esto implica principalmente para los pueblos originarios, como la perdida y el debilitamiento de los rasgos muy particulares a nivel personal y colectivo como el
idioma, las prácticas culturales, los elementos como la indumentaria, la espiritualidad, la construcción de identidad para las futuras generaciones, la identificación y pertenencia de un grupo.
Teniendo clara las intenciones de auge en áreas geográficas muy particulares de nuestro país, incorporándose en los contextos y dinámicas propias, interfiriendo principalmente en grupos potenciales como la juventud y en hombres y mujeres en edad productiva, desde la mirada del neoliberalismo, tratando de incorporar tendencias monopólicas, imponiendo imaginarios sociales simbólicos y con esto uniformizar formas y estilos de vida.
Los pueblos originarios estamos siendo vulnerados ante tal sistema, debido a la masificación de mensajes ideológicos que imponen pensamiento y actitudes que denigran nuestra identidad de una forma constante. Para ello es necesario crear estrategias y pensamientos críticos para mitigar determinados momentos, así mismo analizar de forma profunda lo que es negociable y lo que no lo es, por ejemplo la invasión nuevamente en de los territorios, la utilización folclórica de las formas y prácticas de vida, la cosificación de la indumentaria y otros, persiguiendo un fin, la no homogenización.
Sara Mux/miembra de Tik Naoj.